Hiedra García Sampedro / Ricardo Martínez. Imagen: Pablo Eguizabal. Madrid
El grupo TEAM (Terapia Endovascular y Miocárdica) ha celebrado una nueva reunión en Madrid, donde se han citado los mejores especialistas a nivel mundial en Cardiología Intervencionista. Uno de los temas más destacados del encuentro ha sido la evolución de los stents de última generación, que han logrado mejorar enormemente la seguridad del paciente tras serle practicada una angioplastia. En los últimos tiempos, la Cardiología Intervencionista ha evolucionado mucho gracias a la aparición de los stents farmoactivos, reduciendo significativamente la mortalidad y morbilidad de los pacientes que sufren infarto agudo de miocardio. Esta clase de stents, además de desobstruir la arteria, liberan lentamente la dosis exacta del fármaco necesario para evitar que el estrechamiento vuelva a producirse, limitando el crecimiento de tejido dentro del vaso.
Mariano Valdés, jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca de Murcia, ha explicado que “el tratamiento de la estenosis aórtica sigue siendo quirúrgico, si bien antes a un 30 por ciento de los pacientes se les consideraba inoperables y no se les daba ningún tipo de tratamiento". "Con las válvulas percutáneas hemos conseguido disminuir la mortalidad en este tipo de pacientes aproximadamente un 50 por ciento. Este tratamiento también está indicado en aquellos pacientes que se podrían operar, pero tienen un alto riesgo quirúrgico. Al ser una forma de intervención menos agresiva, los resultados van a ser equiparables y con menor riesgo de morbilidad; por ejemplo, la mayoría de los pacientes no necesitan anestesia general, ni permanecer en la UCI, y a los dos días pueden ser dados de alta”, ha indicado.
Por su parte, Andrés Íñiguez, jefe de la Unidad de Cardiología Intervencionista y el Área de Cardiologia del Complejo Hospitalario Universitario de Vigo, ha recordado que “en el ámbito del intervencionismo coronario se presenta la tercera generación de stents". "La plataforma metálica ha evolucionado, y ahora se hace con aleaciones de platino cromo. También se están introduciendo las plataformas biorreabsorbibles, que tienen un diseño similar a los stents, pero fabricados, por ejemplo, con ácido poliláctico. Se colocan en las coronarias, y al cabo de dos o tres años son reabsorbidos completamente y desaparecen del cuerpo", ha añadido.
Asimismo, Manuel Contreras, especialista del Hospital Virgen de La Arrixaca de Murcia, ha definido el Rotablator como “un dispositivo especial, que solo comercializa Boston, para tratar un tipo determinado de lesión con calcio”. “Se trata de una turbina movida por aire que hace girar una fresa, que, a su vez, ‘lija’ el calcio que tiene la lesión, lo que consigue deshacer esa lesión, para poder pasar balones o stents”, ha indicado.
Durante su intervención, Fina Mauri, directora de la Unidad de Hemodinámica y Cardiología Intervencionista del Hospital Universitario Germans Trias i Pujol de Barcelona, se ha referido a “un antes y un después de la aparición del Syntax, puesto que se perdió el miedo al tronco”. “Este estudio nos da la razón, dice que en la mayoría de los casos el tratamiento del tronco es mucho mejor por vía percutánea que no por vía quirúrgica. Si el paciente está bien informado, el futuro debe seguir este mismo camino, porque no hay punto de comparación entre una cirugía y un intervencionismo, teniendo en cuenta que los resultados son equivalentes”.
Seguimiento de los pacientes
Los expertos han recordado que, “a pesar de los avances, se hace necesario seguir trabajando en este campo para mejorar el pronóstico de los pacientes que llevan este tipo de prótesis, pues, tras haber sido tratados con una angioplastia, cabe la posibilidad de sufrir una trombosis tardía”. Esta complicación responde a la formación de un coágulo de sangre en la estructura metálica del stent, que puede desembocar en un infarto brusco e inesperado con consecuencias clínicas graves. Para tratarla, es necesaria una terapia de larga duración con antiagregantes.
Aunque los porcentajes de pacientes que sufren estos efectos secundarios son muy bajos, para evitar estas inconveniencias, la tecnología ha seguido avanzando hasta llegar a crear los stents farmoactivos de segunda generación, mucho menos agresivos para el paciente. Con la utilización de polímeros más biocompatibles, que reducen la inflamación del vaso y que consiguen disolverse, y con el uso de fármacos que solamente tienen contacto con la pared de la arteria obstruida, se ha logrado reducir el 50 por ciento (del 1 al 0,5 por ciento) de los casos de trombosis tardía entre los tres meses y los dos primeros años de haber sido practicada la angioplastia.
A pesar de que sólo llevan utilizándose con regularidad en nuestro país un año y medio, los stents farmoactivos de segunda generación se han convertido en el tratamiento de elección en el 60 por ciento de las 100.000 angioplastias que se practican anualmente en España. Aún así, la tecnología en este campo sigue evolucionando y los stents bioabsorbibles (de tercera generación) ya están en camino. Este tipo de dispositivo cumple todas las funciones del stent habitual pero es transitorio, se degrada con el tiempo hasta llegar a desaparecer completamente del organismo del paciente en un plazo de entre dos meses y un año. Estos nuevos dispositivos, además, permiten al paciente, pasado este tiempo, gozar de unas arterias que vuelven a dilatarse y encogerse según las necesidades del organismo. Los vasos vuelven a comportarse de manera dinámica.
Francisco J. Goicolea.
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Francisco Javier Goicolea, presidente de la sección de Hemodinámica y Cardiología Intervencionista de la SEC, director de la Unidad de Cardiología Intervencionista del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Madrid y codirector del TEAM, ha explicado que “los dispositivos bioabsorbibles están formados de polímeros no tóxicos, como el ácido poliláctido o aleaciones con magnesio”. “Las partículas son excretadas y metabolizadas del mismo modo que los puntos de sutura, y se espera que empezarán a emplearse en algunos centros españoles a principios de 2012”, ha augurado el especialista.
Nuevas técnicas de diagnóstico
Otro de los temas más destacados de la cita han sido las innovaciones en las técnicas de diagnóstico no invasivo, como la OCT (tomografía por coherencia óptica), que facilita la correcta fijación del stent gracias a una visualización diez veces mayor que la que proporcionan las técnicas habituales como el IVUS (ecografía intracoronaria) o los rayos X. “La tomografía de coherencia óptica permite definir con un detalle casi microscópico, de centésimas de milímetro, los accidentes de la pared por dentro del vaso”, ha apuntado el Dr. Goicolea, quien ha añadido que “esta técnica es muy parecida al IVUS, aunque al utilizar luz en vez de sonido, posee una frecuencia de ondas claramente superior”.
La OCT utiliza una luz infrarroja para obtener imágenes en cortes transversales de los tejidos. Es capaz de discernir entre estructuras que están muy cercanas, de manera que el nivel de detalle es mucho mayor que con las demás técnicas. Por el momento, la OCT y las demás técnicas (IVUS, rayos X o FFR) se usan de manera complementaria según las indicaciones, pero puesto que todas intentan diagnosticar el estado de la enfermedad coronaria y la manera de tratarla, “es muy probable que a la larga la OCT acabe sustituyendo al IVUS”, ha opinado el Dr. Goicolea.
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