Sandra Melgarejo. Madrid
Desde su cargo como director del Plan Integral de Cardiopatías de Andalucía, Rafael Hidalgo persigue una idea fundamental: homogeneizar aún más la atención cardiovascular en los campos de la prevención, el diagnóstico, el tratamiento y la rehabilitación. Para ello, el equipo que dirige va a poner en marcha en la comunidad autónoma una serie de actuaciones encaminadas, preferentemente, a los pacientes con síndrome coronario agudo e insuficiencia cardiaca, y a asegurar la equidad en el acceso a nuevas terapias farmacológicas con antiagregantes y anticoagulantes.
¿Por qué han tomado la iniciativa de armonizar protocolos en Andalucía?
Rafael Hidalgo.
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El nivel de la Cardiología en España es alto y el acceso a los tratamientos médicos y quirúrgicos en el área cardiovascular está bien definido porque tenemos guías de práctica clínica muy actualizadas, tanto la europea como la americana. Pero lo que sí hemos detectado es que, en ocasiones, hay una aplicación local o regional de las guías insuficiente, no solo en Andalucía, sino también en el resto de España. Así que de lo que se trata es de llevar la evidencia médica mediante protocolos que están en las guías a la realidad local.
Hace dos años, en la provincia de Sevilla trabajamos en la homogeneización de un protocolo de tratamiento del infarto agudo de miocardio con elevación del segmento ST, de forma que el acceso de los pacientes a la terapia de reperfusión coronaria (mediante fibrinolisis o angioplastia primaria), independientemente del área hospitalaria en la que estén, es muy similar. Una vez hecho esto en la provincia de Sevilla y revisados los resultados, la idea es homogeneizar la asistencia al infarto agudo de miocardio en toda Andalucía. Hemos detectado que existen algunas diferencias provinciales y que el tratamiento no es todo lo homogéneo que debería, y nuestra preocupación desde el sistema sanitario público es ofrecer a los pacientes un acceso a las mejores terapias en condiciones de equidad.
¿Cómo se tienen que coordinar los recursos?
Exige una coordinación entre el 061, los servicios de Cardiología terciarios y sus unidades de hemodinámica, las urgencias de los hospitales y con los hospitales que no tienen unidades de hemodinámica.
¿Tienen pensado homogeneizar otro tipo de protocolos?
Sí, la idea es homogeneizar también los protocolos en cuanto al acceso a la terapia con los nuevos antiagregantes plaquetarios, una terapia coadyuvante en infarto agudo de miocardio y en los pacientes que han tenido un intervencionismo coronario. Además, desde el Plan Integral de Cardiopatías de Andalucía (PICA) estamos intentando homogeneizar el acceso a otros tratamientos, como los nuevos anticoagulantes orales. Se trata de armonizar el progreso con las sostenibilidad del sistema sanitario público.
Por otro lado, junto con la Sociedad Andaluza de Cardiología, estamos trabajando en un grupo de trabajo sobre la atención a los pacientes con insuficiencia cardiaca en nuestra comunidad para definir una serie de criterios acerca de cómo debemos organizar la atención a los pacientes con insuficiencia cardiaca en función del nivel asistencial de cada centro, estableciendo cuándo un centro tiene recursos suficientes y cuándo se requiere una derivación a otro centro con más posibilidades. Esto nos llevará a unas cotas de mayor calidad.
Todo ello, sin olvidar las actuaciones que tenemos previsto poner en marcha en el campo de la prevención cardiovascular, probablemente una de las aspectos de la enfermedad que tenemos que cuidar más. Todos los esfuerzos que vayan destinados a ese ámbito van a producir muchos beneficios. Todo el mundo está de acuerdo en que hay que hacer prevención pero, realmente, en la práctica es la gran olvidada.
¿Qué otros aspectos incluye el Plan Integral de Cardiopatías de Andalucía?
El Plan Integral de Cardiopatías de Andalucía se revisa cada cuatro años y define las actuaciones en todos los ámbitos de la Cardiología y de las enfermedades cardiovasculares, es decir, abarca desde aspectos de la prevención cardiovascular hasta aspectos de la rehabilitación cardiaca y la genética. También define los recursos necesarios y cómo se debe organizar la asistencia.
Por otro lado, en el campo del síndrome coronario agudo (SCA), en Andalucía tenemos un instrumento muy valioso y muy potente, el Registro Ariam, al que están adheridos todos los hospitales públicos y muchos privados de la región desde hace más de 15 años. En él se registran todos los pacientes que han tenido un SCA, con o sin elevación del segmento ST. Tiene unas 5.000 entradas nuevas al año y la información que nos da sobre la evolución de los pacientes, las terapias empleadas, el intervencionismo coronario, etc., es muy precisa y valiosísima en términos de planificación de recursos y procesos de mejora continua (qué terapias hay que implementar, qué diferencias hay entre hospitales y provincias, etc.).
¿A qué se debe que el tratamiento de las cardiopatías no sea todo lo homogéneo que debería ser?
Sabemos, por datos de registros españoles y europeos, que el acceso a los tratamientos depende de muchas cuestiones, incluso del sexo. El acceso de un hombre y una mujer a las técnicas de diagnóstico y a los tratamientos es diferente; eso nos podría escandalizar, pero es un dato objetivo en España y en Europa. El acceso al diagnóstico y al tratamiento también depende mucho del hospital en el que el paciente se encuentra; se sabe perfectamente que el acceso a las terapias de un paciente que está en un hospital de tercer nivel con todos los recursos disponibles es más fácil que el de otro paciente que está en un hospital comarcal a 100 kilómetros de distancia de una unidad de hemodinámica.
De lo que se trata es de homogeneizar la asistencia y de hacer un mapa de atención lógico y consensuado por todos los especialistas que protocolice cómo debe ser el acceso.
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