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Lunes, 04 de marzo de 2013   |  Número 68
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PUBLICACIONES CIENTÍFICAS
SEGÚN UN ESTUDIO PUBLICADO EN EL ÚLTIMO NÚMERO DE ‘REVISTA ESPAÑOLA DE CARDIOLOGÍA’
Controlar los indicadores antropométricos de adiposidad es esencial para prevenir de la HTA en niños y adolescentes
En España, el 30% de la población infantil sufre sobrepeso u obesidad, y su diagnóstico empieza cada vez en edades más tempranas

La Dra. Mª Dolores Marrodán
es autora principal del artículo.

Redacción. Madrid
Un exceso de adiposidad corporal durante la niñez y adolescencia está asociado a un aumento en los niveles de la presión arterial. Así lo indica el artículo ‘Asociación entre adiposidad corporal y presión arterial entre los 6 y los 16 años. Análisis en una población escolar madrileña’, publicado en Revista Española de Cardiología (REC), en el que se demuestra cómo aumentan los niveles de presión arterial (sistólica y diastólica) en escolares, en función de su índice de masa corporal (IMC), el porcentaje de grasa (%GC) y el índice de cintura-talla (ICT). En este sentido la Dra. Mª Dolores Marrodán Serrano, autora principal del trabajo y codirectora del Grupo de Investigación EPINUT de la Universidad Complutense de Madrid, ha señalado que “la investigación pone en evidencia que el sobrepeso y la obesidad en edad escolar predisponen claramente a tener una presión arterial elevada, aunque su nivel del riesgo dependerá en particular del exceso de tejido adiposo y de su distribución corporal”.

El estudio, que recibió el apoyo de la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid, se ha realizado con el objetivo de analizar la asociación de la obesidad y del grado o la distribución de la adiposidad con la presión arterial de los escolares españoles, además de averiguar en qué medida los indicadores antropométricos de composición corporal son útiles para identificar el riesgo de hipertensión arterial (HTA) en edad pediátrica. Se trata de una investigación transversal que ha analizado los indicadores antropométricos (peso, talla, perímetro de la cintura y pliegues adiposos) de 1.511 alumnos madrileños, 692 niños y 819 niñas de entre 6 y 16 años, para evaluar su efecto y asociación respecto a los niveles de presión arterial.

Los resultados del análisis revelaron que más del 3 por ciento de los escolares presentaron presión arterial elevada, sin variación de datos por distinción de sexo (3,17 de los niños y el 3,05 de las niñas), y, de estos, el grupo con sobrepeso u obesidad fue el que tuvo mayor riesgo de HTA. Otro dato en común fue que alrededor del 20 por ciento tenía un alto índice de cintura-talla (ICT); cerca del 26 por ciento, un elevado porcentaje de grasa corporal (%GC), y aproximadamente un 25 por ciento sufría sobrepeso u obesidad, según el índice de masa corporal (IMC).

Prevalencia de obesidad según índice de masa corporal, porcentaje de grasa corporal e índice de cintura-talla, entre los escolares que tenían presión arterial elevada. IMC: índice de masa corporal; %GC: porcentaje de grasa corporal;
ICT: índice de cintura-talla.

El análisis revela que la medida más directamente asociada al riesgo de HTA en niños varones es el índice de cintura-talla (ICT), ya que se observó que los alumnos que tenían un ICT superior a 0.5, aumentaban hasta 11 veces el riesgo de padecer presión arterial elevada. En el grupo de las niñas, en cambio, la elevación de la presión arterial fue más evidente en paralelo al porcentaje de grasa corporal (%GC), que llegó a aumentar hasta 19 veces el riesgo de HTA en escolares cuya adiposidad relativa era superior al percentil 97 de las referencias. Así pues, los datos del estudio confirman que tener obesidad predispone a elevar los niveles de presión arterial, pero que el riesgo aumenta sobretodo en función del exceso de tejido adiposo y de su distribución. Este hecho constata que los indicadores antropométricos de adiposidad son esenciales para la prevención de la HTA en niños y adolescentes.

Las conclusiones del trabajo demuestran que la detección precoz de la HTA es determinante para la prevención de las enfermedades cardiovasculares. “Los datos corroboran lo que otras investigaciones internacionales ya habían afirmado, que la presión arterial elevada en escolares está directamente relacionada con una mayor prevalencia de la obesidad”, ha indicado la Dra. Marrodán, quien también ha destacado que “los estilos de vida poco saludables son, hoy en día, los principales causantes del aumento de la hipertensión en la población más joven”. “El objetivo de este estudio es detectar cuanto antes aquellos casos de hipertensión, para poder tratar la alteración y prevenir la aparición de cualquier tipo de enfermedad”, ha añadido.

En este sentido, la Dra. Mª Teresa Subirana, presidenta de la sección de Cardiología Pediátrica y Cardiopatías Congénitas de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), ha señalado que, si bien “el estudio no demuestra una asociación de causalidad entre hipertensión y obesidad, sí se puede afirmar que ambos trastornos están directamente relacionados y que probablemente, podrían llegar a evitarse mediante unos hábitos de vida más saludables”. “La hipertensión es el componente más común del síndrome metabólico, y son varias las investigaciones que destacan su relevancia como uno de los principales factores de riesgo en el desarrollo de enfermedad cardiovascular, ya que es la responsable de la mitad de defunciones por cardiopatía o accidente cerebrovascular. Sería extraordinariamente importante demostrar cómo modifica el porcentaje de cifras tensionales elevadas en esta población una intervención en la variable ‘obesidad’ y especialmente en ‘la “distribución de la grasa corporal’, a través de la aplicación de una dieta y de una actividad física adecuada”.

 

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