Redacción. Madrid
Con el objetivo de conocer la práctica cardiológica habitual en el paciente con angina estable y estudiar la percepción de médicos y pacientes sobre el impacto de esta enfermedad en la calidad de vida y la eficacia general del tratamiento, se ha realizado el estudio Avance, cuyos resultados se han recogido en el artículo ‘Estudio de la angina estable en España y su impacto en la calidad de vida del paciente. Registro Avance’, publicado en Revista Española de Cardiología (REC), que edita la Sociedad Española de Cardiología (SEC).
Dr. Xavier Borrás, miembro de la SEC y del Servicio de Cardiología del Hospital Sant Pau de Barcelona.
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El estudio observacional, multicéntrico y transversal, que incluye a 2.024 pacientes y cuenta con la colaboración de 419 cardiólogos de toda España, revela que solo un 52 por ciento de los pacientes recibe un tratamiento óptimo, ya que es tratado con un antiagregante plaquetario, un BB, una estatina y un IECA o ARA–II. El 66 por ciento de los afectados ha sido revascularizado (el 48 por ciento mediante intervencionismo coronario; el 11,4, con cirugía, y el 6,1, con ambas técnicas). Aún así, existe un alto porcentaje de reincidencia de la enfermedad, ya que a los ocho meses de haber sido revascularizados, el 60 por ciento de los pacientes vuelve a notar síntomas de angina de pecho, debido a que las lesiones de arterias de pequeño calibre no pueden ser revascularizadas.
El Dr. Xavier Borrás, miembro de la SEC y del Servicio de Cardiología del Hospital de Santa Creu i Sant Pau de Barcelona, es el firmante principal del artículo. Según ha indicado, “este trabajo pone de manifiesto que, aunque la satisfacción con el tratamiento se encuentra en un nivel aceptable, esta disminuye en aquellas personas que padecen más crisis”. “En todo caso, estos resultados nos deben hacer reflexionar en el sentido de no subestimar la percepción que tiene el paciente sobre su enfermedad”, ha añadido.
Limitación física y peor calidad de vida
Así, el 58 por ciento de los pacientes con angina de pecho estable nota una limitación física como consecuencia de la enfermedad y el 25 por ciento sufre una disminución en la calidad de vida desde el diagnóstico. Los afectados, tras contestar el cuestionario sobre calidad de vida, declararon que sus limitaciones diarias se encontraban “fundamentalmente en el ámbito físico, no en el mental, lo que empeoraba su percepción de la calidad de vida”. “Prácticamente la mitad de los enfermos también declaró que consideraba su enfermedad como moderadamente grave”, ha destacado este especialista.
El estudio también incluye un cuestionario sobre percepción de la enfermedad por parte del médico y revela que este consideraba ligeramente menos grave la enfermedad que su paciente. Así, en una escala de valoración de la gravedad en que 0 es nada grave y 10 muy grave, la puntuación media de los pacientes fue de 4,5 frente al 4,3 de los médicos. Además, el 49,9 por ciento de los pacientes valora su enfermedad como moderadamente grave.
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