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Jueves, 11 de julio de 2013   |  Número 69
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EN PRIMERA PERSONA
JAUME MARRUGAT, DIRECTOR DEL PROGRAMA DE INVESTIGACIÓN EN PROCESOS INFLAMATORIOS Y CARDIOVASCULARES DEL IMIM
“Perder todo el esfuerzo que se ha hecho en los últimos 20 años sería lamentable”
Considera que la clave para una rápida recuperación de la actividad investigadora en nuestro país es no perder más capital humano

Sandra Melgarejo. Madrid
Como director del Programa de Investigación en Procesos Inflamatorios y Cardiovasculares del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) de Barcelona, Jaume Marrugat centra su energía en no perder capital humano y en seguir produciendo investigación científica de máximo nivel. En su opinión, estas son las claves para que la recuperación progresiva de la capacidad investigadora de nuestro país, aletargada por el contexto de crisis, sea más rápida.

¿Qué trabajo desarrollan en el Programa de Investigación en Procesos Inflamatorios y Cardiovasculares del IMIM?

Es uno de los cinco programas de investigación que tiene el IMIM. Está formado por unas 150 personas, de las cuales más de 50 son investigadores. Hay varios grupos que llevan diversas líneas de investigación, sobre epidemiología, genética, riesgo y prevención de las enfermedades vasculares, por ejemplo. Ahí está el gran núcleo de nuestra actividad y lo más conocido de nuestra investigación es el estudio Regicor, el Registro Gerundense del Corazón. Gracias a este estudio hemos conseguido trabajar no solo en la epidemiología sino, también, en aspectos del mecanismo de la enfermedad, en biomarcadores, en prevención primaria...

Jaume Marrugat.

Otro trabajo importante ha sido el estudio Predimed, en el que se ha analizado cuál es el papel de la dieta mediterránea en la prevención de eventos cardiovasculares mayores y que ha demostrado, por primera vez en la historia, que en personas que no han tenido la enfermedad ayuda a prevenirlos de una manera eficaz y clara. 

¿En qué consiste su labor como director de este programa?

Se enfoca en tres actividades. La primera es la formación del personal investigador. Procuramos que la gente con talento pueda acceder a las mejores opciones de investigación y de formación en investigación; les facilitamos la movilidad a centros de prestigio; y fomentamos la investigación en el ámbito clínico. El segundo eje está más enfocado al apoyo estructural y de laboratorio de los grupos que tienen más prestigio y producen más. Y el tercero, el que creo que es el más importante de todos, es fomentar la interacción y la colaboración entre grupos, no solo dentro del programa, sino entre programas y con otras instituciones. Esto está muy ligado al interés del Instituto de Salud Carlos III de establecer redes de colaboración en investigación. Estamos totalmente convencidos de que la potencia de la producción científica y de la investigación viene de la colaboración y del trabajo conjunto. Mi misión como director se concentra en que se optimicen estos tres ejes y en que se saque el máximo partido de lo que tenemos, que en esta época de crisis no es mucho… 

¿Cómo les está afectando la situación económica actual?

La crisis tiene varios frentes. La investigación se nutre de fondos de muy diversos orígenes (autonómicos, estatales, europeos, de la industria…) que han ido cayendo progresivamente. El otro día leía que se estima que la caída de la investigación en España ha sido de un 40 por ciento. Aquí no sabría decir la cifra exacta, pero ha caído, seguro, y tenemos dificultades para subsistir. Estamos haciendo grandes esfuerzos para proteger el capital humano; es lo más importante y lo que más cuesta construir, y no queremos que se nos vaya la gente. Estamos decididos a hacer lo que sea para que esto no suceda. Lo que estamos haciendo es utilizar mucho la imaginación para hacer proyectos que requieran muy poca financiación y seguir teniendo una producción científica puntera, porque si bajamos la producción científica también perdemos competitividad y credibilidad. Nuestros objetivos son seguir trabajando, no perder capital humano y seguir produciendo al máximo nivel, porque esto es lo que nos permitirá mantener el éxito que hemos tenido cuando se recupere la economía a escala global.

En este contexto, ¿cómo vislumbra el futuro de la investigación en Cardiología en nuestro país?

El hecho de que las tres redes de investigación cardiovascular (Recava, Redinscor y Heracles) nos hayamos unido en una única Red de Investigación Cardiovascular (RIC) nos ha hecho más potentes y esto facilita que haya más posibilidades. A corto-medio plazo, la investigación se verá afectada de forma importante y vamos a sufrir mucho para conseguir dinero para hacer proyectos. Creo que en los próximos cinco años los esfuerzos de todos los que tienen responsabilidad en investigación tienen que dirigirse a no perder más capital humano, porque luego será más fácil que haya una recuperación progresiva de la capacidad de investigación.

El panorama a 10 años no debería ser muy malo, pero vamos a notar un parón clarísimo, que no sé si será mucho peor que lo que sucederá en el resto de Europa… Probablemente sí, porque ya andábamos un poco por detrás del resto, aunque en los últimos 20 años se había invertido de forma decidida en I+D+i. Será un parón generalizado, más acusado en España porque hemos sufrido más recortes que en otros sitios. Pero si en los próximos cinco años mantenemos como objetivo no perder capital humano y mantener la actividad, aunque esté aletargada, en el siguiente lustro, si hay una acción decidida por parte del Gobierno, nos recuperaremos. Si no conseguimos el objetivo de no perder capital humano, reconstruir todos los equipos va a ser complicadísimo y nos iríamos a una perspectiva de otros 10 o 20 años de reconstrucción, y eso me parecería una pérdida absurda. Perder todo el esfuerzo que se ha hecho en los últimos 20 años en una actividad que puede salvar al país por falta de visión sería lamentable. Aún estamos a tiempo de poder recuperarnos en 10 años sin grandes traumas, pero para eso hay que proteger, sobre todo, el capital humano.

 

 

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