Redacción. Madrid
El correcto control y abordaje de la hipertensión es uno de los mayores retos a los que se enfrenta la salud pública, ya que el 35 por ciento de la población española mayor de 35 años la padece, 11 millones de personas, de las que entre un 10 y un 15 por ciento no logra mantener unas cifras de presión normales (inferior a 140/90mmHg), por lo que tienen un 20 por ciento más de probabilidades de padecer un evento cardiovascular como infarto agudo de miocardio o infarto cerebral, según el estudio REACH publicado en el European Heart Journal.
Ramiro Trillo.
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Los expertos en hipertensión deben solventar, así, dos principales problemas en estos casos: el primero de ellos es la elección de una terapia que funcione; y el segundo, es la correcta detección de los hipertensos resistentes a los fármacos.
Más de 100 expertos han debatido sobre la situación en España de la hipertensión y más concretamente sobre cómo solucionar el control de esta pandemia en la I Reunión de Denervación Renal organizada en Madrid por la Sección de Hemodinámica y Cardiología Intervencionista de la Sociedad Española de Cardiología (SEC). “La celebración de este encuentro ha sido todo un éxito, ya que durante dos días cardiólogos, nefrólogos e internistas hemos analizado los retos a los que debemos enfrentarnos día a día los que nos dedicamos al manejo de la hipertensión”, destaca Ramiro Trillo, presidente de la sección.
Así, los expertos han estado de acuerdo en seleccionar la denervación renal como la técnica que mayores resultados está obteniendo en el tratamiento de la hipertensión resistente. “La denervación renal es una técnica muy poco invasiva que consiste en la aplicación de radiofrecuencia sobre las terminaciones del sistema simpático en las arterias renales que influyen directamente en la hipertensión, hasta su desconexión”, explica Felipe Hernández-Hernández, secretario de la Sección de Hemodinámica y Cardiología Intervencionista de la SEC. “Esta técnica intervencionista ha demostrado ser eficaz en el 70 y el 80 por ciento de los pacientes que la reciben, lo que significa que personas que hasta ahora tomaban tres y más fármacos y no lograban reducir las cifras de presión arterial a niveles normales, ahora pueden conseguir cifras óptimas de tensión, lo que además de la consecuente disminución del riesgo cardiovascular, también mejora su calidad de vida por la reducción en la toma de fármacos”, prosigue Hernández-Hernández.
“Ahora que sabemos qué técnica funciona, es muy importante seleccionar el perfil del paciente que debe recibirla”, aclara José Ramón Rumoroso, quien junto con Bruno García del Blanco ejerce como vocal de la sección. “De este modo, aquellas personas que toman tres o más fármacos, que cumplen correctamente el tratamiento y que aún así no consiguen bajar las cifras de presión arterial de 160/110 mmHg en la consulta médica, son los más adecuados para recibir denervación renal. Estos pacientes, los conocidos como hipertensos resistentes severos, representan entre el dos y el cuatro por ciento del total, es decir, entre 220.000 y 440.000 españoles”, añade Rumoroso.
La denervación renal ha demostrado ser una técnica con una favorable relación de coste-eficacia, ya que el coste por año de vida ganado en los pacientes que la reciben es de 3.071 dólares, según un estudio publicado en el Journal of the American College of Cardiology, siendo considerada una técnica coste-efectiva cuando el coste por año de vida ganado está por debajo de los 30.000 euros.
Los expertos reunidos en la I Reunión de Denervación Renal, además de llegar a un acuerdo sobre el perfil del paciente hipertenso severo, también han destacado la necesidad de estudiar a estas personas en unidades de hipertensión, formadas por profesionales de distintos ámbitos: cardiólogos, nefrólogos e internistas. “También se ha detectado el MAPA (Medida Ambulatoria de la Presión Arterial durante 24 horas) como la mejor forma para calcular la correcta cifra de presión arterial que tiene un paciente. Es decir, en muchas ocasiones, una única toma de la presión arterial puede llevar a error y clasificar incorrectamente al paciente. La medida durante 24 horas reduce el sobrediagnóstico en casi un 40 por ciento según un artículo publicado en Hypertension”, explica Trillo.
“Finalmente, otro punto muy relevante que hemos destacado es que los médicos debemos implicar a los pacientes en su tratamiento, ya que se han realizado diversas investigaciones sobre el grado de seguimiento del tratamiento médico y se ha visto que hay un preocupante 40 por ciento de los pacientes que incumple el tratamiento, es decir, que dice tomarse la medicación de forma correcta, cuando en realidad no lo hace, esto, además de ser perjudicial para el propio paciente, hace más dificultoso el diagnóstico correcto del grado de hipertensión”, concluye el presidente de la Sección de Hemodinámica y Cardiología Intervencionista de la SEC. |