Redacción. Madrid
Actualmente hay alrededor de 600 millones de personas mayores de 60 años, y de éstas, entre el 15 y el 20 por ciento padece alguna enfermedad cardiovascular. Según las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta cifra se duplicará en 2025 y rozará los dos mil millones en 2050. Con estas previsiones a medio y largo plazo, y en el marco de la Reunión Anual de Cardiología Geriátrica de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), más de 100 especialistas de todo el país han debatido y puesto en común cuáles son los principales retos de la investigación y prácticas clínicas para la prevención, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades cardiovasculares en pacientes ancianos.
Manuel Martínez Sellés.
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En este sentido, una conclusión general de la reunión ha sido confirmar que las enfermedades cardiovasculares (ECV) siguen siendo la primera causa de muerte en la población anciana y, en su mayoría, serían evitables si se aplicasen programas de medicina preventiva más eficientes. Entre los principales factores de riesgo, la hipertensión arterial y la dislipemia son los más significativos. En este sentido, ha apuntado Manuel Martínez Sellés, presidente de la Sección de Cardiología Geriátrica de la SEC, “el protocolo de control debería diferenciarse según se trate de prevención primaria o de secundaria”.
Sin duda, ésta última es que la presenta una mayor complejidad en su abordaje ya que estos pacientes ya han presentado episodios previos de ECV. En la prevención secundaria sí está claramente justificado el uso de fármacos que disminuyan el riesgo de un nuevo evento cardiovascular en las personas de edad avanzada.
Por su parte, la incidencia y prevalencia de la insuficiencia cardíaca está aumentando a consecuencia del envejecimiento exponencial de la población. Los expertos coinciden en que uno de los grandes retos de la cardiología geriátrica es avanzar hacia un modelo de prevención, diagnóstico y tratamiento en el contexto global de la comorbilidad: “estudios recientes han demostrado la eficacia de los programas multidisciplinarios para el abordaje de la insuficiencia cardiaca. Gracias a esta estrategia se reducen las hospitalizaciones, se mejora la calidad de vida y, se disminuyen los costes médicos-sanitarios globales”, ha declarado Martínez Sellés. “La mejor estrategia es aplicar un modelo preventivo centrado en el control de los factores de riesgo establecidos para el desarrollo de la insuficiencia cardiaca”.
Resultados preliminares 4C
Uno de los temas centrales de la reunión ha sido la presentación de los resultados preliminares del Estudio 4C (Caracterización Científica del Corazón del Centenario), coordinado por Manuel Martínez Sellés. El registro 4C se inició en el año 2001 y concluirá en el 2014, y se han incluido a 120 centenarios de toda España. El Hospital Gregorio Marañón de Madrid es el que más casos ha aportado.
El Estudio 4C tiene como objetivo conocer las peculiaridades anatómicas y fisiológicas del corazón de las personas mayores de 100 años. Actualmente, en España hay cerca de 8.000 personas centenarias y, por ello, según explica Martínez Sellés, “el objetivo es averiguar cómo envejecen sus corazones y saber por qué hay corazones que viven más tiempo que otros. Uno de los propósitos es descubrir genes asociados a la longevidad; por eso es importante que estudiemos a los centenarios sanos, es decir, los que no están hospitalizados”.
Los resultados preliminares muestran que los centenarios tienen patología cardiovascular frecuente, muchas veces asintomática, y de mayor prevalencia en varones que en mujeres. La mayoría de personas longevas tienen padres o hermanos que también han vivido hasta edades avanzadas (al menos 90 años) y quizás el dato más destacable, según apunta Martinez Sellés, “es que estas personas han llevado una vida sana con unas tasas de consumo de tabaco y/o alcohol muy bajas”.
Otra conclusión del estudio revela que las personas centenarias han llevado una vida muy activa y, han mantenido un buen nivel de actividad después de los 65 años. Finalmente, destaca Martínez Sellés, “las mujeres centenarias superan en número a los hombres y además tienen corazones más sanos”.
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