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Miércoles, 30 de octubre de 2013   |  Número 71
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 EN PORTADA: CONGRESO DE LAS ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES SEC 2013
DATOS DEL REGISTRO ROPAC
Las enfermedades cardiovasculares complican hasta el 4% de los embarazos
El tabaquismo, el estrés, la obesidad, la hipertensión arterial y la edad avanzada son causas directas de la aparición de problemas durante la gestación

Redacción. Valencia
Según el Registro Ropac (Registry of Pregnacy and Cardiac Disease), integrado en el EURObservational Research Programme y presentado en el Congreso de las Enfermedades Cardiovasculares SEC 2013, la primera causa de mortalidad durante el embarazo y el parto se debe a una patología cardiaca. Esta es la conclusión consensuada que se extrae de diversos estudios sobre las  complicaciones derivadas ante la existencia de una patología cardiaca, ya sea congénita o adquirida.

Actualmente, entre un 0,2 y un 4 por ciento de todos los embarazos en los países industrializados occidentales se complican por enfermedad cardiovascular (ECV) y el número de pacientes que sufre problemas cardíacos durante el embarazo aumenta, según se extrae del artículo publicado en las Guías de Práctica Clínica de la European Society of Cardiology (ESC) para el tratamiento de las enfermedades cardiovasculares durante el embarazo.

La investigación y estudios clínicos sobre el impacto del embarazo en las mujeres con enfermedad cardiaca están adquiriendo mayor relevancia a consecuencia del incremento continuado de su incidencia, sobre todo en los países occidentales. Los expertos señalan que la combinación de embarazo y ECV es una patología emergente que se debe principalmente a dos cuestiones.

En primer lugar, las mujeres con patología cardiaca congénita (CC) actualmente alcanzan en un  85-90 por ciento la edad adulta, gracias a los avances registrados en los tratamientos. Un porcentaje de ellas decide procrear y, automáticamente se incluyen dentro del grupo de “embarazo de riesgo”. Por tanto, el asesoramiento y el tratamiento de mujeres en edad de concebir deberían iniciarse antes del embarazo para que las pacientes con alto riesgo sean tratadas en unidades especializadas y multidisciplinares.

En segundo lugar, la patología cardiaca adquirida durante el embarazo se debe a que los cambios fisiológicos pueden conducir al desarrollo de complicaciones, así como a la existencia de uno o más factores de riesgo cardiovascular (HTA, obesidad, tabaquismo, etc.).

Cardiopatías y embarazo

La mujer con cardiopatía congénita y/o adquirida (tetralogía de Fallot, ventrículo único, estenosis mitral, estenosis aórtica, miocardiopatía, cardiopatía isquémica, etc.) que queda encinta, puede sufrir complicaciones durante el embarazo, parto y/o puerperio, como consecuencia de los cambios que este estado ocasiona sobre su sistema cardiovascular. Durante el embarazo, el corazón de la madre debe de hacer el doble de esfuerzo debido a los cambios fisiológicos propios del cuerpo de la mujer, y a los que el sistema cardiovascular debe adaptarse. Así, durante el periodo de gestación se incrementa el volumen sanguíneo, la frecuencia cardiaca y el gasto cardiaco (cantidad de sangre expulsada del corazón) y, además, se produce un descenso en la tensión arterial, tanto la sistólica (durante las contracciones del corazón) como la diastólica (con el corazón en relajación).

Para evitar dichas complicaciones, la Sociedad Española de Cardiología (SEC) recomienda a las embarazadas, y especialmente a las que ya presentan cardiopatías, vigilarse periódicamente la tensión arterial, apuntando en un cuaderno las cifras para mantener el control; una dieta baja en sal, dejar de fumar y tratar de llevar una vida lo más saludable posible.

Otro tipo de problemática es la mujer embarazada sin cardiopatía, pero que presenta una patología cardiovascular durante el embarazo, parto o puerperio (miocarditis peri parto, disección coronaria, etc.).

En ambos casos, la edad cada vez más avanzada de las mujeres gestantes (la media de edad del primer hijo en España se sitúa en los 33,5 años) se convierte en un factor de riesgo que se añade y complica los casos mencionados.

Las mujeres embarazadas pueden tener un amplio espectro de enfermedades cardiovasculares, incluyendo enfermedad cardiaca congénita, enfermedad reumática del corazón, hipertensión pulmonar, cardiomiopatía, enfermedad aórtica y enfermedad de la arteria coronaria. La heterogeneidad de este grupo implica una complejidad extraordinaria, ya que cada patología requiere un seguimiento específico.

En 2012 la Organización Mundial de la Salud estableció una clasificación para determinar el riesgo cardiovascular materno según una escala del I-IV. Los estadios III-IV determinan un riesgo considerable de mortalidad materna o morbilidad grave y en los casos donde el riesgo es extremadamente alto y el embarazo está contraindicado deberá valorarse la interrupción.

Unidades especializadas: prevención y anticoncepción

En nuestro país, tal y como ha explicado en la reunión anual de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) María Teresa Subirana, presidenta de la Sección de Cardiología Pediátrica y Cardiopatías Congénitas de la SEC, “es necesario abordar esta problemática emergente desde una perspectiva multidisciplinar: cardiólogos, obstetras, ginecólogos, anestesiólogos, neonatólogos y expertos en medicina fetal”. Ante una gestación, la Unidad de Cardiopatias Congénitas del Adulto y Adolescente (Uccaa), establece el riesgo de la paciente en función de la tipología de la cardiopatía, estado funcional y situación clínica y, si es necesario, la deriva a la Unidad de Alto Riesgo Obstétrico. La función es realizar el seguimiento del embarazo, y planificar con facultativos de distintas especialidades, el parto y postparto con el objetivo de minimizar los riesgos maternos, fetales y neonatales.

El artículo Pregnancy and Contraception, de María Teresa Subirana, pone de relieve que, más allá de abordar el embarazo de la paciente con CC, es vital establecer estrategias preventivas para proporcionar a las mujeres jóvenes y adolescentes con CC significativa un buen asesoramiento reproductivo/anticonceptivo para evitar embarazos de alto riesgo. 

En este sentido, Subirana afirma que, “este campo de investigación, a medio camino entre la cardiología y la obstetricia, se inició hace unos cinco años fruto de una necesidad asistencial cada vez más evidente. Desde entonces, prosigue, “hemos avanzado y actualmente se organizan encuentros científicos internacionales monográficos sobre embarazo y cardiopatías, pero todavía queda mucho camino por recorrer. Sin duda, la situación actual requiere impulsar estudios clínicos que nos abran nuevas vías para la prevención y el tratamiento”.
 

 

 

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