Redacción. Madrid
La Sociedad Española de Cardiología (SEC) alerta de que la sal ya puede considerarse como una droga, no sólo por los efectos perjudiciales que provoca en nuestra salud, sino también por la alta capacidad adictiva que posee. Así, un estudio elaborado en ratones por las universidades de Duke y Melbourne demostró que la necesidad de consumir sal era la misma que la relacionada con la adicción a la cocaína o a los opiáceos como la heroína. Con imágenes cerebrales, se observó que en ambos procesos se activaba la misma zona del cerebro. De esta manera, ante el consumo de estas drogas o de sal se producían cambios profundos en ciertas células nerviosas del hipotálamo; provocando un aumento del tamaño y de la cantidad de las neuronas al igual que de dos proteínas específicas relacionadas con la adicción y el placer (dopamina y orexina).
José Ramón González-Juanatey, presidente de la SEC.
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“Este alto poder adictivo de la sal podría explicar por qué en nuestro país consumimos el doble de la cantidad aconsejada al día, ya que de entre los cinco o seis gramos recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), en España consumimos una media de 11”, avisa José Ramón González-Juanatey, presidente de la SEC. “Además de cáncer de estómago, insuficiencia renal u osteoporosis, la sal favorece la aparición de hipertensión, causante esta del 62 por ciento de los accidentes cerebrovasculares y del 42 por ciento de las enfermedades del corazón, según la OMS”.
Medidas para frenar la pandemia de la hipertensión
En España hay 11 millones de hipertensos y las defunciones por esta causa están aumentando peligrosamente en los últimos años. Así, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), mientras que en el año 2003 las enfermedades hipertensivas fueron las causantes del 4,8 por ciento del total de defunciones por causa cardiovascular, en el año 2012, esta cifra prácticamente se ha doblado, siendo las responsables del 8,4 por ciento.
“Es urgente que las autoridades sanitarias tomen medidas ante esta problemática, ya que el 80 por ciento de la sal que consumimos proviene de los alimentos precocinados. Hasta el 20 por ciento de la cantidad consumida diariamente está presente únicamente en el pan, por lo que desde la SEC creemos necesario que siga intensificándose la regulación de este alimento, ya que se ha establecido que cada año se reduzca un gramo de sal. Esta misma medida debería aplicarse también en otros alimentos siguiendo las estrategias que han seguido otros países como Finlandia o Portugal”, anuncia González-Juanatey. “Otra medida necesaria es trabajar en un mejor etiquetado de los productos, que clarifique la cantidad de sal y del resto de ingredientes que contiene de cada alimento”.
La SEC también solicita que los ciudadanos sean más responsables de los alimentos que consumen diariamente: priorizando la compra de aquellos que son bajos en sal; disminuyendo la cantidad de sal que se usa en la cocina; añadiendo a su dieta al menos cinco piezas de frutas y verduras de 80 gramos cada una; y reduciendo el consumo de grasas, especialmente las saturadas.
“Sólo con la colaboración de todos los agentes implicados: industria alimentaria, población y autoridades sanitarias, conseguiremos superar esta adicción y mejorar así el control de una enfermedad que cada año provoca más defunciones”, concluye el presidente de la SEC. |