Redacción. Madrid
La división de Enfermería de Atención Primaria del Departamento de Salud Alicante-Sant Joan d'Alacant ha obtenido el Premio al mejor Póster Electrónico en la VII Reunión de Invierno de la Asociación de Enfermería Comunitaria (AEC), por una comunicación sobre la intervención educativa de Enfermería en pacientes cardiovasculares.
La comunicación ganadora, Intervención enfermera en prevención secundaria a pacientes con cardiopatía isquémica en Atención Primaria, confirma que los cambios en el estilo de vida de estos pacientes disminuyen la morbilidad y mortalidad cardiovascular. Así lo expuso Miguel Ángel Núñez, director de Enfermería de Atención Primaria de Sant Joan en la presentación de la comunicación, en la que también han colaborado los enfermeros Elena López, Loreto Cruz, Gema Gallego, Concepción Carratalá y Antoni Pastor.
Miguel Ángel Núñez.
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“La investigación que ha dado origen a este premio se llevó a cabo durante un año, entre 2011 y 2012, con el objetivo de evaluar la efectividad de una estrategia educativa de Enfermería en la mejora del control de pacientes que ya han sufrido un evento cardiovascular, por lo que se trata de prevención secundaria”, señala Núñez, quien es también el coordinador del Grupo de Trabajo de Atención a la Cronicidad de la AEC, sociedad científica a nivel nacional, desde hace tan sólo unos meses.
Así, se incluyó a 70 pacientes con diagnóstico de infarto agudo de miocardio o angina de pecho inestable, con edades comprendidas entre los 30 y los 80 años, pertenecientes a tres centros de salud del Departamento de Sant Joan, en concreto los de El Campello, Cabo de las Huertas y Hospital Provincial-Pla. “Durante un año de seguimiento, las enfermeras de los centros de salud realizaron visitas programadas con estos pacientes, en las que se les formaba, dependiendo de las características de cada uno de ellos, en hábitos de vida saludable, abordando los principales factores de riesgo, que son el sedentarismo, la alimentación, el tabaquismo, la hipertensión arterial y el colesterol”, detalla el director de Enfermería de Primaria.
En este sentido, se les diseñaba una dieta acorde a su problema cardiovascular y a su situación sociolaboral, “de forma que, por ejemplo, el paciente pudiera adecuar su horario de trabajo a las recomendaciones y que los objetivos fueran más realistas”, indica Núñez. Lo mismo ocurre, por lo que respecta al ejercicio físico, con la recomendación habitual de andar 30 minutos todos los días, que se adaptaba a la condición física del paciente y a su disponibilidad de tiempo. En cuanto a la intervención de tabaquismo, se realizaban charlas de educación para la salud con el personal de enfermería, en colaboración con los facultativos, en el caso de que el enfermo precisara de medicación para dejar el hábito. Asimismo, se trabajaba la adherencia al tratamiento, persiguiendo que el paciente cumpliera los horarios de administración indicados e informándole sobre las contraindicaciones y los beneficios del mismo.
Como explica Miguel Ángel Núñez, además de conocer estos factores de riesgo, los pacientes deben saber cuáles son los valores de índice de masa corporal, hipertensión o glucosa, entre otros, que son idóneos en su caso, atendiendo a sus características específicas (como es su rango de edad, por ejemplo). Así, señala que “en la consulta de Enfermería se llevaba a cabo con ellos educación terapéutica y, partiendo de los valores estándar, se les informaba sobre los parámetros que cada uno debía mantener para llevar una vida saludable”.
Resultados con una importante mejora de los factores de riesgo
Los resultados obtenidos confirman que la intervención de Enfermería mejora el control de todos estos factores de riesgo en pacientes con cardiopatía isquémica, logrando que los parámetros variaran antes y después de la realización del programa. De un 68 por ciento de pacientes que realizaban ejercicio de manera regular antes de participar en el estudio, se pasó tras la finalización del mismo a un 86 por ciento. En cuanto al abandono del tabaquismo, un 11 por ciento de los pacientes lograron dejarlo. También un 11 por ciento de ellos se adaptaron a la dieta mediterránea, frente al nueve por ciento inicial. Los niveles de tensión arterial sistólica por debajo de los 140 mm/Hg, que ya estaban en un 70 por ciento de los pacientes, se lograron en un 76 por ciento de ellos a la finalización del estudio. Como consecuencia de este trabajo, también se redujo un 62 por ciento el promedio de visitas de estos pacientes al centro de salud, pasando de 13 visitas a ocho al año.
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