Sandra Melgarejo / Imagen: Miguel A. Escobar. Madrid
En el último Congreso de las Enfermedades Cardiovasculares, los miembros de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) confiaron en la candidatura encabezada por Andrés Íñiguez para la próxima renovación de la Junta Directiva de la entidad. Pero no será hasta dentro de dos años cuando el director del Área de Gestión de Cardiología del Complejo Hospitalario Universitario de Vigo sea presidente de la SEC. Mientras tanto, como presidente electo, se encargará de la formación, que también espera dirigir a la población general. Íñiguez lamenta que la Administración trate a los profesionales sanitarios como “meros asalariados”, cuando en realidad son quienes “conocen el sistema y tienen en sus manos las medidas para hacerlo funcionar mejor”.
¿Cuál fue su motivación para presentarse a la presidencia de la SEC?
Mi motivación, como la de todos los miembros de la candidatura que encabecé, era contribuir con nuestra experiencia y con nuestras ideas a mejorar la SEC y sus fines.
¿Por qué cree que ha obtenido el apoyo de los socios?
Supongo que habrán creído que nuestro programa era el más atractivo y que las líneas estratégicas que propugnábamos encajaban más en lo que ellos pensaban que debía ser la SEC.
¿Cuáles son esas líneas estratégicas?
Abarcan muchos aspectos. En el ámbito de formación, la SEC debe crecer aún más. Se ha hecho un esfuerzo importante –hoy en día creo que es la sociedad que más contenido formativo tiene, tanto en cursos presenciales como online–, pero la SEC tiene el gran reto de entender la formación no tanto en cantidad como en calidad, y no dirigida solo hacia los profesionales sino también como educación dirigida hacia la sociedad civil.
Aunque la mortalidad cardiovascular está descendiendo, la morbilidad está incrementándose, es decir, cada día hay más enfermos, señal de que esa educación hacia la sociedad civil está fracasando, no se está haciendo lo adecuado. Creo que los esfuerzos deben volcarse hacia la formación en calidad de los profesionales, pero también estos mismos profesionales y los recursos de la SEC, deben volcarse hacia la educación de la sociedad civil si se quiere modificar el panorama y, sobre todo, la morbilidad de las enfermedades cardiovasculares.
Usted definió su candidatura como “plural”, ¿por qué?
Probablemente, todas las candidaturas son plurales en la medida en que están integradas por miembros que se dedican a cometidos muy diferentes dentro de la Cardiología. Creo que es plural porque integra a profesionales que se dedican a la Cardiología más clínica, como el vicepresidente Luis Rodríguez Padial o el futuro tesorero Rafael Hidalgo, y a profesionales del ámbito de la electrofisiología, como el vicesecretario Ignacio Fernández Lozano. Pero, sobre todo, es por la experiencia que cada uno vuelca sobre la SEC y sobre la dedicación al enfermo. Somos personas que tenemos un bagaje y una experiencia muy diversa y, de ahí, la pluralidad de nuestras capacitaciones.
¿Cómo es la etapa de presidente electo de la SEC?
Al estar en la Junta Directiva y participando en las decisiones de la SEC, los dos años previos a la presidencia efectiva permiten al presidente electo conocer el histórico y prepararse para los dos años de presidente efectivo, evitando así una discontinuidad en las decisiones que no beneficiarían en nada a la SEC. Además, la responsabilidad fundamental del presidente electo es dirigir y diseñar toda la política de formación de la sociedad, tanto formación continuada, como inicial y dirigida a la sociedad civil, esta última de la mano de la Fundación Española del Corazón (FEC).
¿Va a introducir alguna novedad en este sentido?
Me gustaría. Mi idea es que la FEC sea el motor de la SEC. Si uno mira a otras sociedades científicas potentes, como la British Heart Foundation (BHF), no hay parangón. La BHF tiene a 400 personas en nómina y es la que soporta realmente todas estas iniciativas. La SEC hace muchas cosas dirigidas a los profesionales –el Congreso Nacional, las publicaciones periódicas, Revista Española de Cardiología, los cursos, etc.–, pero hay un gran déficit de actuaciones sobre la sociedad civil. Hay que incrementarlas mucho y hay que hacerlo a través de la FEC, y no se podrá hacer sin potenciar la fundación.
¿Considera que el papel de las sociedades científicas tiene que cambiar?
No sé si debe cambiar, pero sí que creo que la SEC debe marcar unas líneas estratégicas prioritarias de actuación. Esas líneas prioritarias pasan por mantener la excelencia en la formación y en las actuaciones asistenciales de sus profesionales. Pero, por otra parte, debe volcarse mucho hacia la sociedad civil y educarla en hábitos cardiosaludables.
¿Y cómo piensa que debe ser la relación entre los profesionales sanitarios, representados por la SEC, y la Administración sanitaria?
Me gustaría que fuese una relación de respeto y de confianza mutua, y de corresponsabilidad. Desgraciadamente, las Administraciones sanitarias están tratando a los profesionales como meros asalariados, cuando en realidad son los que conocen el sistema, tratan al paciente y tienen en sus manos las medidas para hacerlo funcionar mejor. Mientras no se corresponsabilice a los profesionales con respecto a no solo la asistencia, sino también a la gestión de los recursos sanitarios, no cambiará la dinámica actual.
¿Cuáles cree que serán los retos de la Cardiología dentro de dos años, momento en el que asumirá la presidencia de la SEC?
Creo que vamos a tener retos en varios frentes: por parte de los profesionales, va a haber que luchar muy intensamente contra la desmotivación que están provocando las actuaciones políticas en el sistema sanitario; por parte de los pacientes, cada vez hay que dar una respuesta más profesional porque están más informados y exigen más calidad; y por parte del sistema sanitario, el reto será encontrar un punto de acuerdo entre el papel que tienen que representar los profesionales y los gestores de la sanidad. El modelo actual tiene problemas; o nos subimos todos al mismo carro o es difícil que se reconduzca.
Como legado, José Ramón González-Juanatey espera dejarle “una sociedad más comprometida con la gente, sobre todo con la más desfavorecida e impactada por la crisis, que debe seguir gozando de un sistema sanitario de primer nivel”. ¿Qué le parece?
Ojalá. Cuanto más legado me deje, mucho mejor.
Vea la entrevista completa en Sanitaria2000.tv
|