Eva Fariña. Madrid
El ‘Estudio Español de Muerte Súbita en el Deporte’ ha recogido ya la información de 17 pacientes desde su puesta en marcha en junio de 2012 por parte de la Agencia de Investigación de la Sociedad Española de Cardiología (SEC). Esta cifra, que no es muy elevada, tiene un gran valor, ya que los episodios de muerte súbita son “muy raros”, como ha explicado el Dr. Julián Pérez-Villacastín, director del Instituto Cardiovascular del Hospital Clínico San Carlos de Madrid y uno de los principales impulsores del proyecto. Según ha explicado a Publicación Médica de Cardiología, el objetivo del registro es analizar todos los casos conocidos para poder anticiparse en el futuro: “Debemos tener paciencia. Calculo que en los próximos dos años podremos tener algún dato que nos ayude a tomar medidas preventivas, como, por ejemplo, saber con más precisión dónde es necesario colocar los desfibriladores y los equipos de resucitación”.
El Dr. Julián Pérez-Villacastín es director
del Instituto Cardiovascular del Hospital
Clínico San Carlos de Madrid
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Tras esta primera fase de puesta en marcha, los responsables del estudio quieren contactar con el Ministerio de Justicia y su titular, Alberto Ruiz-Gallardón, para explicarle la necesidad de implantar un protocolo de actuación, principalmente para que los forenses notifiquen de forma correcta los casos de muerte súbita en el deporte. Según el Dr. Pérez-Villacastín, es imprescindible que estos profesionales dispongan “de la tecnología necesaria” para desempeñar su trabajo, con el fin de analizar las causas del fallecimiento. Dicho protocolo de actuación, según este especialista, debe incluir “unos buenos análisis toxicológico y genético, además del estudio anatomopatológico”.
“Baja incidencia, pero gran notoriedad en la opinión pública”
Los últimos datos indican que la incidencia de la muerte súbita es de 1 por 100.000 habitantes; sin embargo, estos casos “tienen mucha notoriedad en la opinión pública”, como ha indicado el director del Instituto Cardiovascular del Clínico de Madrid. “Debemos explicar a la población que practicar deporte es saludable, a pesar de que en ocasiones puntuales puede también suponer un riesgo. Queremos dar a conocer este registro, que la gente sepa que existe. En el caso de que se produzca algún episodio de muerte súbita, cualquier allegado puede ponerse en contacto con la Sociedad Española de Cardiología para facilitarnos la información necesaria. Actualmente están participando en esta iniciativa 20 centros sanitarios de toda España”, ha señalado.
“En los últimos años hemos aprendido que solo por los resultados de un análisis genético no podemos saber quién tiene riesgo de padecer una muerte súbita cuando practica deporte. Se está avanzando en este ámbito, pero todavía no somos capaces de predecir con fiabilidad quiénes son los pacientes de riesgo únicamente por el estudio genético. Lo que sí sabemos es que es muy importante la historia clínica, es decir, tienen que ser explorados cardiológicamente todos los pacientes que hayan sufrido un mareo o una pérdida de conocimiento mientras estaban haciendo deporte, así como aquellos que tengan antecedentes en su familia. El informe cardiológico debe incluir la auscultación, la medición de la tensión arterial, un electrocardiograma y un ecocardiograma. Y como complemento está el estudio genético, pero no como única prueba de cribado. Nos estamos encontrando a personas que tienen alteraciones genéticas, pero no a todas les podemos prohibir que practiquen deporte”.
La preocupación por el riesgo de sufrir una muerta súbita ha sido aprovechada para vender microchips de genética, según ha denunciado este especialista: “Ahora ya hay una regulación que dice expresamente cuándo se debe indicar un estudio genético. No es de mucha ayuda comprar un chip por internet y mandar un poco de saliva o sangre para analizar”.
Novedades en el ámbito de las arritmias
El Dr. Pérez-Villacastín también se ha referido “a la controversia de los nuevos anticoagulantes” en el ámbito de la fibrilación auricular: “Está claro que son muy buenos fármacos, pero que están siendo muy controlados desde el punto de vista de su prescripción, quizás más de lo que se debiera. Es necesario realizar registros y estudios a nivel nacional para saber realmente si las bondades de estos medicamentos merecen ponerlos en el mercado. En este caso, tal vez se esté negando la entrada a determinados medicamentos que podrían ser muy útiles, cuando se ha sido permisivo con otros que a lo mejor no lo son tanto”.
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