Redacción. Madrid
AstraZeneca ha anunciado los resultados de tres análisis de datos de la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición (Nhanes, un programa de estudios diseñado para evaluar la salud y la nutrición de niños y adultos en Estados Unidos), todos los cuales demuestran la existencia actual de una necesidad de tratamiento sin cubrir para los pacientes con dislipidemia, especialmente para aquellos de alto riesgo. Aunque Nhanes se centra en Estados Unidos, sus datos son citados a menudo por investigadores de todo el mundo y son una valiosa herramienta de comparación con los datos de otros países. Los resultados de estos nuevos análisis se han presentado en las Sesiones Científicas de la Asociación Americana del Corazón (AHA) 2013 celebrada recientemente en Dallas (Estados Unidos).
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y con otros organismos diversos del sector, la dislipidemia (una anomalía de los lípidos en plasma y de las lipoproteínas en la sangre) es un factor de riesgo muy conocido para la enfermedad cardiovascular (ECV). Según los informes de la OMS, las ECV son la principal causa de muerte en todo el mundo. Solo en 2011, la dislipidemia afectó a 352 millones de personas de 20 o más años de edad en Estados Unidos, Francia, Alemania, Italia, España, Reino Unido y Japón. En el caso de España, la tasa de prevalencia de dislipemia con colesterol total ≥190md/dl es del 81 por ciento en hombres y del 79% en mujeres, y teniendo en cuenta un colesterol total ≥250 mg/dl es del 43 y 40% respectivamente.
Las Directrices ACC/AHA 2013 sobre el tratamiento del colesterol sanguíneo para reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular aterosclerótica en adultos, publicadas recientemente por el Colegio Americano de Cardiología (ACC) y la Asociación Americana del Corazón (AHA) representan una desviación con respecto a las directrices anteriores sobre la práctica clínica en EE. UU. y no se centran en unos niveles concretos de colesterol- LDL que se pongan como objetivo, sino que se centran en definir grupos para los que la reducción de LDL va a ser más beneficiosa. Sin embargo, la definición de un colesterol LDL óptimo no ha cambiado, y estos nuevos análisis de NHANES confirman que el porcentaje de adultos con dislipidemia y con niveles de C-LDL y C-no HDL elevados sigue siendo alto, a pesar de la disponibilidad de tratamientos eficaces.
“Aunque ha habido desarrollos significativos en los últimos años a la hora de conocer, identificar y desarrollar tratamientos para la dislipidemia, estos datos refuerzan la idea de que todavía hay que hacer más para que se reconozca la importancia del control de la dislipidemia”, ha afirmado la Dra. Inés Margalet, directora médica y de Registros de AstraZeneca España.
En concreto, se han presentado las tres publicaciones que se basan en investigaciones promovidas por AstraZeneca. En uno de los análisis se ha hallado que aproximadamente 118,3 millones de adultos (81 por ciento) con riesgo moderadamente alto de cardiopatía coronaria no están consiguiendo niveles de C-LDL <130 mg/dl. Los investigadores llegan a la conclusión de que estos datos resaltan la necesidad de una mayor detección de la dislipidemia en los pacientes y de una mayor formación, en lo que se refiere a la importancia del tratamiento de la dislipidemia y del cumplimiento terapéutico.
En otro análisis se ha hallado que, según las estimaciones, un 1,6 por ciento de los pacientes adultos en Estados Unidos con hipertrigliceridemia consiguen unos niveles óptimos de C-no HDL (<100 mg/dl) y que aproximadamente un 86,6 de los pacientes adultos con hipertrigliceridemia presentan niveles elevados de C-no HDL (>130 mg/dl). Los investigadores afirman que, basándose en estos resultados, se debe hacer un mayor esfuerzo de formación para que se reconozca más la importancia de tratar el C-no HDL en pacientes con hipertrigliceridemia.
Por último, se ha hallado que la consecución del objetivo de C-LDL no ha mejorado con el tiempo de 2003 a 2010, ni siquiera entre pacientes de riesgo alto y moderadamente alto. Los investigadores llegan a la conclusión de que hay que reajustar los planteamientos formativos para poder remediar esta falta de avances.
“AstraZeneca está orgullosa de ser el promotor de estas publicaciones ya que sabemos lo importante que es la investigación continua de las ECV y de sus factores de riesgo”, ha afirmado la Dra. Inés Margalet. “Luchamos por el liderazgo científico; el desarrollo de nuevos conocimientos científicos está en la base de todo lo que hacemos para abordar las necesidades médicas sin cubrir, y en la actualidad pocas necesidades mayores hay que en ECV. AstraZeneca está comprometida con la investigación en ECV y estamos aumentando nuestros esfuerzos por formar tanto a los pacientes como a los profesionales sanitarios en lo que se refiere a la identificación, la prevención y el control de estas enfermedades”, ha añadido.
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