Redacción. Madrid
La Sociedad Española de Cardiología (SEC) considera de vital importancia conocer los factores que favorecen la larga supervivencia de los trasplantados cardiacos, ya que el 25 por ciento de los que han recibido un corazón logra sobrevivir 20 años o más con el mismo órgano.
La investigadora Natalia Jaramillo.
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Así lo ha demostrado un estudio realizado por el Departamento de Cardiología del Hospital Puerta de Hierro Majadahonda (Madrid) publicado recientemente en Revista Española de Cardiología (REC). Este trabajo ha analizado la supervivencia de los pacientes que recibieron un primer trasplante cardiaco entre 1984 y 1992, excluyendo a aquellos a los que se les practicaba un trasplante simultáneo de corazón y pulmones, así como a los pacientes de retrasplante cardiaco.
En estos pacientes la supervivencia al primer año fue del 75 por ciento, del 64 por ciento a cinco años, del 53 por ciento tras una década, del 40 por ciento después de 15 años y del 26 por ciento a los 20 años. “El objetivo de este estudio ha sido conocer en mayor profundidad los factores que han favorecido la supervivencia de este último grupo de pacientes”, señala Natalia Jaramillo, cardióloga de la Unidad de Trasplante Cardiaco del Hospital Puerta de Hierro. Estas cifras reflejan los resultados del trasplante cardiaco en los años iniciales de su práctica en nuestro país. Los resultados actuales en Puerta de Hierro y otros centros superan en aproximadamente un 10 por ciento las cifras expuestas.
Tras realizar el estudio, se han identificado dos variables que favorecen considerablemente la supervivencia del sujeto. La primera es la edad menor de 45 años en el momento del trasplante, que aumenta hasta cuatro veces las probabilidades de sobrevivir más tiempo; y la segunda, que supone una probabilidad tres veces mayor, es el hecho de ser diagnosticado de miocardiopatía dilatada idiopática (trastorno por causa desconocida que provoca una dilatación progresiva del corazón, y que conduce a su incapacidad para bombear sangre de forma suficiente al resto del organismo).
“Nuestro trabajo también muestra que, aunque la mayoría de los pacientes conviven con uno o más factores de riesgo, en general su calidad de vida es buena, ya que el 82 por ciento de los pacientes trasplantados son completamente autónomos para realizar sus actividades cotidianas a los 20 años del trasplante, frente a un 12 por ciento completamente dependiente y al seis por ciento que presenta dependencia parcial”, indica Jaramillo.
Sobre los factores de riesgo a los que se refiere la doctora, la hipertensión es el más prevalente, ya que está presente en el 94 por ciento de los pacientes. El 87 por ciento padece hiperlipemia (nivel elevado de lípidos en la sangre), y el 15 por ciento diabetes mellitus.
Por lo que respecta a otras enfermedades con las que deben convivir los trasplantados, el trabajo muestra que el 38 por ciento ha padecido algún tipo de cáncer (aunque el 60 por ciento son tumores de piel de escasa agresividad), y el 84 por ciento enfermedad renal crónica, “consecuencia generalmente de los fármacos inmunosupresores que están indicados a este tipo de pacientes”, explica la cardióloga.
“Estudios de este tipo nos ayudan a identificar mejor las características de los receptores y de los donantes que favorecen una larga supervivencia, lo que nos permitirá dar un mejor aprovechamiento a los escasos donantes existentes en la actualidad”, concluye Natalia Jaramillo.
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