Redacción. Madrid
En el marco de la reunión nacional de la Sección de Cardiología Clínica de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), que ha acogido en Sevilla a más de 600 expertos, se han dado a conocer los resultados del estudio ENGAGE AF-TIMI 48, que demuestran la eficacia y seguridad de edoxabán, un nuevo anticoagulante oral para el tratamiento de la fibrilación auricular no valvular. El estudio ENGAGE AF-TIMI 48, en prevención del accidente cerebrovascular y del embolismo sistémico, ha seguido durante casi tres años a más de 21.000 pacientes con fibrilación auricular no valvular, que se define como aquella en la que el paciente no presenta una enfermedad valvular reumática, fundamentalmente estenosis mitral, ni una valvulopatía reparada y no es portador de prótesis valvular mecánica.
Gonzalo Barón y Esquivias, presidente de la Sección de Cardiología Clínica.
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El trabajo ha analizado la eficacia y seguridad de edoxabán en dos dosis distintas (30mg/día y 60mg/día) frente al tratamiento convencional con warfarina. Los resultados muestran que edoxabán es al menos tan eficaz como warfarina en la reducción del riesgo de ictus y embolismo sistémico, con una tendencia a la superioridad de la dosis de 60 mg/día, que como warfarina reduce entre un 60 y un 70 por ciento el riesgo de padecer un ictus.
“Este nuevo anticoagulante ha demostrado una seguridad superior para ambas dosis frente a warfarina”, explica Domingo Marzal, miembro de la SEC y jefe del Servicio de Cardiología del Complejo Hospitalario de Mérida. “Así, edoxabán reduce respecto a warfarina el riesgo de ictus hemorrágico (un 46 por ciento para la dosis de 60mg/día y un 67 por ciento para la de 30mg/día); de sangrado mayor (un 20 por ciento en la dosis de 60mg/día y un 53 por ciento en la dosis de 30mg/día); de hemorragias que ponen en peligro la vida del paciente (un 60 por ciento en la dosis de 60mg/día y un 68 por ciento en la dosis de 30mg/día); de hemorragia intracraneal (un 53 por ciento en la dosis de 60mg/día y un 70 por ciento en la dosis de 30mg/día); y la mortalidad cardiovascular (un 14 por ciento en la dosis de 60mg/día y un 15 por ciento en la dosis de 30mg/día)”.
Si se analiza el beneficio clínico neto, que suma tanto la reducción del riesgo de ictus y embolia junto con la reducción de sangrado mayor y de mortalidad por todas las causas, éste es superior con edoxabán frente a warfarina, siendo un 11 por ciento superior en la dosis de 60mg/día y un 17 por ciento en la de 30mg/día.
“La demostración de la eficacia y seguridad de este nuevo anticoagulante supone un avance más en el tratamiento de la fibrilación auricular y la prevención de los accidentes cerebrovasculares, ya que esta arritmia aumenta hasta cinco veces las posibilidades de padecer un ictus. La fibrilación auricular afecta en nuestro país a cerca de un millón de personas, de las cuales el 90 por ciento padece fibrilación auricular no valvular”, destaca Marzal. “Actualmente, ya existen en el mercado tres anticoagulantes orales (dabigatrán, rivaroxabán y apixabán), pero probablemente deberemos esperar hasta finales del 2015 para tener acceso a edoxabán”, concluye.
Fibrilación auricular, valvulopatías y dislipemia
La fibrilación auricular también ha sido uno de los temas centrales de la reunión. Así se han presentado los resultados del registro Garfield, realizado en todo el mundo y con una importante participación española. También se han presentado resultados de los últimos estudios con fármacos tan novedosos como dabigatrán y rivaroxabán.
Asimismo, se ha abordado el correcto tratamiento de las valvulopatías y de la fibrilación auricular desde la perspectiva del paciente octogenario, ya que tal y como señala Manuel Martínez-Sellés, presidente de la Sección de Cardiología Geriátrica, “la fibrilación auricular se agrava con la edad, ya que mientras que en los menores de 60 años esta arritmia está presente en el uno por ciento de la población, a partir de los 80 años, afecta al 20 por ciento”.
Aunque la mayoría de estos pacientes están indicados para recibir anticoagulación, solo el 50 por ciento recibe este tratamiento, ya que existe un miedo infundado de que en estos pacientes el riesgo de sangrado sea superior, pero, “existe evidencia científica que demuestra que el beneficio relacionado con la administración de anticoagulantes en este tipo de pacientes compensa el riesgo de sangrado”, apunta Martínez-Sellés. “Es por ello que desde la SEC estamos trabajando para conseguir que el paciente anciano sea un candidato a recibir medicación para controlar la fibrilación auricular tan bueno como cualquier otro paciente más joven”.
Otro de los temas que se han tratado durante la reunión es la importancia del control de la dislipemia en el paciente de alto riesgo vascular, ya que únicamente el 20 por ciento de este tipo de pacientes cumplen con el objetivo recomendado de mantener las cifras de colesterol LDL por debajo de 70mg/DL. Así, “durante la reunión discutiremos las diversas opciones terapéuticas que existen para alcanzar este objetivo y reducir así el riesgo de padecer arterioesclerosis y por lo tanto de incidencia de enfermedad cardiovascular”, explica Leopoldo Pérez de Isla, miembro de la SEC y jefe de la Unidad de la Imagen Cardiovascular del Hospital Clínico San Carlos de Madrid.
Para el presidente de la sección de Cardiología Clínica, Gonzalo Barón y Esquivias, “en esta reunión se han presentado numerosos novedades y avances que afectan en el día a día de la cardiología, desde las últimas técnicas genéticas para la estratificación del riesgo de muerte súbita o el correcto control de la fibrilación auricular, hasta el abordaje de la cardiopatía isquémica crónica en la mujer. Estos dos días también se ha hecho hincapié en la necesidad de que nuestros cardiólogos jóvenes participen en las iniciativas de la Sociedad Europea de Cardiología, fomentando así el intercambio de conocimientos entre profesionales de todos los países”.
“Durante las jornadas también se han realizado talleres de formación sobre diabetes y dislipemias para médicos de atención primaria en colaboración con las sociedades médicas de medicina de familia y de endocrinología. Para los médicos residentes de cardiología, además, se han diseñado unos talleres de formación en imagen y otros de marcapasos, desfibriladores, arritmias y síncope”, explica Barón y Esquivias. |