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Viernes, 25 de marzo de 2011   |  Número 29
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CONCLUSIONES DE LA REUNIÓN DE LA SECCIÓN DE CARDIOLOGÍA CLÍNICA DE LA SEC
Los estudios genéticos diagnostican el 50 por ciento de las cardiopatías hereditarias que pueden causar muerte súbita
Juan Ramón Gimeno reivindica que sean “un estándar de actuación sanitaria, ya que cuestan muy pocos recursos y ofrecen diagnósticos precoces muy útiles para prevenir las ECV”

Redacción / E. P. Málaga
Los estudios genéticos consiguen diagnosticar el 50 por ciento de las cardiopatías hereditarias que pueden causar muerte súbita, según han asegurado los expertos reunidos en el encuentro anual de la Sección de Cardiología Clínica de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), celebrado en Málaga. El Comité Organizador de la Reunión ha estado presidido por Juan José Gómez Doblas y Gonzalo Barón Esquivias.

Gonzalo Barón Esquivias, presidente del Comité Organizador de la Reunión, junto con Juan José Gómez Doblas.

Según han puesto de manifiesto los especialistas, hoy en día existe una manera de prevenir con éxito, en la mitad de los casos, los más de ocho tipos de cardiopatías hereditarias que pueden provocar muerte súbita en personas jóvenes, a causa de problemas en el músculo del corazón o de fallos en los canales eléctricos del mismo.

El programa del encuentro, en el que se han dado cita 150 especialistas en la materia, ha abordado la relación entre la Cardiología Clínica y la Atención Primaria, focalizándose en la evaluación de los factores de riesgo cardiovascular y la traducción a la práctica clínica de las recomendaciones de las guías, así como las evidencias de los últimos trabajos publicados.

En este sentido, han apuntado que tras el fallecimiento de una persona por muerte súbita o tras el reconocimiento en el centro de salud de un enfermo de alguna de estas patologías, resulta imprescindible la realización de un análisis de ADN del afectado para detectar la mutación del gen que le ha provocado la enfermedad.

“Tras el diagnóstico de este gen, debe de estudiarse, mediante un análisis de sangre, un electrocardiograma y una ecografía, a los familiares de primer grado (habitualmente se examinan a cinco personas por cada afectado), de modo que pueda identificarse si tienen alguna alteración cardiológica o si son portadores de este gen, aunque no hayan desarrollado aún la enfermedad”, han explicado los especialistas. En caso de ser así, recomiendan que los familiares sigan los consejos de los especialistas, teniendo especial cuidado en llevar hábitos de vida saludables, tratando la fiebre de forma precoz (en el caso del síndrome de Brugada), restringiendo la ingesta de determinados fármacos o controlando especialmente la práctica de deporte, según la cardiopatía de la que se trate.

Juan Ramón Gimeno, coordinador del Grupo de Trabajo de Cardiopatías Familiares de la SEC, ha defendido que “los estudios genéticos para detectar cardiopatías familiares y muerte súbita deberían ser ya un estándar de actuación sanitaria, ya que cuestan muy pocos recursos y ofrecen diagnósticos precoces muy útiles para prevenir este tipo de enfermedades en varios miembros de una misma familia”. Según ha destacado, cuando se conoce el defecto genético que causa este tipo de enfermedades en una familia, además del ahorro de tiempo que supone conocer la predisposición en sus miembros, se reduce significativamente el gasto sanitario para la prevención de las cardiopatías familiares y la muerte súbita.

Los riesgos de la angina de pecho

A lo largo de la reunión, además, se han revisado los últimos trabajos publicados en Cardiología Clínica, como el estudio Avance, que demuestra que, tras evaluar durante dos años a 2.039 pacientes con angina de pecho estable que se encontraban bajo tratamiento, la mitad de ellos seguía padeciendo episodios de angor regularmente (dolor, opresión o malestar, generalmente torácico, irradiado al brazo izquierdo y acompañado en ocasiones de sudoración y nauseas).

Asimismo, más del 39 por ciento de los pacientes sufría entre uno y tres episodios de dolor semanalmente, y por encima del 10 por ciento padecía más de tres eventos de este tipo a la semana. Habitualmente, estos se desencadenaban tras practicar deporte o exponerse a cualquier tipo de estrés. El mismo estudio demostró que, además, existían grandes diferencias en la percepción que tiene el paciente y su cardiólogo acerca de la severidad de la angina y las limitaciones físicas que ésta le produce, con una infravaloración por parte del especialista.

Xavier Borrás: “La angina estable ha quedado un poco olvidada”

Xavier Borrás, presidente de la Sección de Cardiología Clínica de la SEC, ha indicado que “el tratamiento de la angina de pecho estable todavía ha de mejorar considerablemente”. “Se han dedicado muchos esfuerzos a combatir la angina de pecho inestable o el síndrome coronario agudo, otros síntomas también causados por la cardiopatía isquémica, pero la angina estable, al tratarse de un padecimiento crónico y no producir una oclusión súbita de las arterias, ha quedado un poco olvidada”, ha señalado. Por ello, esta reunión ha dedicado un taller específico elaborado a partir de casos prácticos, con el objetivo de optimizar el manejo clínico de la angina estable, destacando su influencia negativa en la calidad de vida del paciente y subrayando cómo las novedades farmacológicas han modificado el tratamiento de esta enfermedad.

Hasta el año pasado, el tratamiento de la angina de pecho estable, padecida por el tres por ciento de los españoles, se realizaba con revascularización quirúrgica o con stents, junto con medicamentos como los betabloqueantes o los vasodilatadores, que disminuían la presión arterial y la frecuencia cardiaca, pero que, por el contrario, producían cansancio, debilidad y dificultad al realizar esfuerzo físico. Hoy en día, la Ranolazina y la Ivabradina resultan dos alternativas que funcionan a nivel de nuevos canales iónicos, y apenas presentan efectos secundarios, no modifican la tensión arterial y pueden asociarse con otros fármacos, según han señalado especialistas de la SEC.

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