Eva Fariña. Madrid
La Dra. Marisa Crespo Leiro, de la Unidad de Insuficiencia Cardiaca Avanzada y Trasplante Cardiaco del Hospital Universitario A Coruña, ha analizado ‘Tres décadas de trasplante cardiaco en España’, con motivo de la celebración de las ‘Jornadas Multidisciplinares de Insuficiencia Cardiaca’, organizadas por Servier en el Hospital Virgen de la Macarena de Sevilla. Durante su intervención, esta especialista ha recordado que “el trasplante cardiaco (TC) es el tratamiento de elección para determinados pacientes con cardiopatías en situación terminal sin otra opción terapéutica y sin contraindicaciones para el mismo”. “Los pacientes mejoran su supervivencia y calidad de vida; así, la supervivencia al año es mayor del 80 por ciento, y a los diez años, mayor del 50 por ciento. Además, la calidad de vida es muy buena, ya que en su mayoría pueden realizar una vida normal”, ha indicado.
La Dra. Marisa Crespo Leiro trabaja en la Unidad de Insuficiencia Cardiaca Avanzada y Trasplante Cardiaco del Hospital Universitario A Coruña.
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El primer TC realizado en el mundo fue en 1967, y en España el programa de trasplante cardiaco se inició en 1984. Según los datos registrados en diciembre de 2011, en este país se han realizado 6.528 intervenciones de este tipo. En esta cifra se incluyen también los trasplantes combinados, como 77 corazón-pulmón y 50 corazón-riñón. En el año 2011 se han hecho 237 TC en España, un país que en la actualidad dispone de 16 centros de trasplante cardiaco de adultos, y tres centros de trasplante cardiaco pediátrico.
En opinión de la Dra. Crespo, “han contribuido al éxito del TC la mejoría en la técnica quirúrgica, el mejor conocimiento del rechazo cardiaco y el desarrollo de mejores inmunosupresores, con mayor eficacia y menos toxicidad”. “Esto permite ajustar el tratamiento inmunosupresor a las necesidades de cada paciente”, ha recalcado.
“El primer reto es mejorar la supervivencia a largo plazo”
Dentro de los retos del TC, la especialista del hospital coruñés destaca tres: “En primer lugar, es importante mejorar la supervivencia a largo plazo. La causa más importante de muerte tras los doce primeros meses es el rechazo crónico, es decir, la alteración de los vasos sanguíneos del corazón trasplantado y las neoplasias”.
El segundo reto sería “aumentar el ‘pool’ de donantes”. “A pesar de que España es el país del mundo con mayor tasa de donantes por millón de población, no todos los donantes son válidos para el trasplante cardiaco, ya que al aumentar la edad del donante, hay mayor incidencia de enfermedad coronaria. Por las mejores medidas de seguridad en la circulación, hay menos donantes cuya causa de muerte es accidente de tráfico (por fortuna); así, hace 20 años eran el 50 por ciento de los donantes, mientras que ahora son menos del 15 por ciento. Se está trabajando en cómo identificar donantes que aunque tengan más edad pueden ser válidos para el TC”.
El tercer reto es “impulsar los programas de asistencia ventricular que permitan mantener al paciente en espera de trasplante en buenas condiciones hasta que llegue el donante idóneo”. Finalmente, entre los aspectos más positivos de los equipos españoles de TC, la Dra. Crespo ha destacado “la gran conexión que existe entre los grupos, lo cual potencia el conocimiento y la investigación multicéntrica”.
Pinche aquí para leer el artículo publicado en Revista Española de Cardiología (REC) titulado el ‘Registro Español de Trasplante Cardiaco. XXIII Informe Oficial de la Sección de Insuficiencia Cardiaca y Trasplante Cardiaco de la Sociedad Española de Cardiología (1984-2011)’, en el que ha colaborado la Dra. Crespo Leiro.
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